La vimos en serie, después en película, hemos oído sobre ella. En algunos países como en México definió a la mujer moderna junto con su estatus y aspiraciones. Pero muy pocas llegamos a leer el libro.
Yo conocí Sex and the City a través de mi mamá. Carrie Bradshaw era para mí la epítome de una mujer exitosa en el siglo XXI. Obviamente cuando crecí y le puse atención a la serie, algunas percepciones cambiaron.
Si bien las primeras temporadas de la serie se basan en los personajes de la novela , no todo está basado en ella, porque claramente la serie necesitaba más contenido, sin embargo, la esencia fue capturada todo el tiempo.
Primeramente Sex and the City es una recolección de las columnas publicadas originalmente en The New York Observer, por lo tanto casi no se observa un relato continuo en las historias, o mucho detalle en la vida de los personajes. Eso sí, en la última edición del libro se agregó el final donde (spoilers) Mr. Big y Carrie terminan su relación a diferencia de la película y su (innecesaria) secuela.
En estas columnas es bastante obvio cómo la autora se basó en su vida personal y en la de sus amigos al escribir las historias; al final Carrie Bradshaw parece un seudónimo de Candice Bushnell. Por lo tanto, antes que una simple columna o una serie televisiva, Sex and the City es etnografía del siglo XXI.
La obra explica la vida escandaolsa y sexual de las mujeres y los hombres del Manhattan moderno, justo antes del internet. En su título en inglés es “Sexo y la ciudad” y no “en” poque Bushnell no nos chismea sobre quién se acuesta con quién, porque no es el sexo en sí, son los anhelos, las esperanzas y el poder que este tiene en la vida de las mujeres y hombres modernos de Manhattan. Cómo todos lo quieren y le dan un uso especifico en sus vidas lujosas o en sus necesidades. Cómo de cierta manera, el sexo moviliza la ciudad y a sus habitantes. Cómo es sólo otra carta en el juego del poder.
Bushnell da capítulos enteros a historias que le proporcionan sus amigos insiders, historias que la gente común probablemente nunca llegue a observar, tales como sex clubs, la vida en los Hamptons, la escalera social tan rígida y prejuiciosa que tenían los newyorkinos (o tienen, no estoy segura), la vida de negocios y de personas famosas.
La escritora se encontraba en un momento clave para Nueva York y decidió documentar todo. Imaginemos que en vez de columnas, esto hubiera sido un artículo académico:
“Sexo y la Ciudad: un diario etnográfico de la sexualidad y el poder en la ciudad de Manhattan a principios del siglo XXI”
El mundo probablemente no lo hubiera tomado en cuenta (irónicamente).
Este libro refleja a la generación que le da entrada a la mujer posmoderna, la que prefiere su carrera y a sí misma antes que otras cosas, la que retrata Sex and the City es aquella que empieza a abrirse más camino en el juego del poder pero sigue fundada en las “obligaciones” de su propio género. Son mujeres que buscan el amor en todos lados y, como Carrie, tal vez no serán afortunadas, pero sí poderosas.
La serie de televisión se llama “Sexo en la ciudad” en México, lo cual hace que se cree una confusión con otros trabajos ajenos a la autora.
No pude encontrar una traducción de Sex and the City más que en Amazon.mx y se llama “Sexo en Nueva York”. Sin embargo es bastante fácil encontrar la versión en bolsillo en inglés por poco más de cien pesos mexicanos en librerías como Gonvill y (claro) Amazon.
Candace Bushnell tiene otras obras bastante divertidas que sí son relatos estructurados, pero ninguno sobrepasa a Sex and the City. Con su estructura de capitulos cortos se hace posible su chiquiteada entre idas al baño y el viaje al trabajo. Su lenguaje es muy fácil de comprender, excluyendo los términos de cosas lujosas y marcas de moda a la que no todos los lectores pueden estar familiarizados. Pero con una googleada se tiene.